martes, 26 de abril de 2016

El Puente



Erase una vez un ciervo llamado Alexander y un oso llamado Carlos. Los dos querían pasar por el puente pero eran demasiado gordos y no podían pasar a la vez. El oso dijo:
- ¡Échate para atrás!
Y el ciervo Alexander contestó:
- ¡No, échate para atrás tú!
Y de repente apareció un mapache y les preguntó:
- ¿Me podéis dejar pasar?
Y el oso Carlos le pegó tres puñetazos y lo tiró afuera. Más tarde llegó un conejo y le dijo al ciervo:
- ¿Me podéis dejar pasar?
Y el ciervo Alexander le pegó una patada y lo desplazó hasta el otro lado del puente. Como el conejo y el mapache se enfadaron con ellos cortaron unas cuerdas del puente y el oso Carlos y el ciervo Alexander se cayeron al vacío.
El conejo y el mapache fueron andando por la otra cuerda del puente y les ocurrió lo mismo. Se quedaron mirando fijamente y el mapache dijo:
- ¿Y si yo me agacho y tú saltas?
Y el conejo le contestó:
- ¡Vale!
Y los dos se fueron por su camino.

Yeray


En un bosque habia un puente muy estrecho en el que se encontraron un oso y un ciervo. Querían pasar los dos al mismo tiempo pero no podían. El oso le dijo al ciervo:
- Vete que voy a pasar yo.
- No, no voy a hacerlo, ¡vete tú!
Y el oso lo intentó espantar, pero no lo consiguió.
Un mapache tocó al oso y le dijo, con una cara muy mona:
- ¿Puedo pasar, por favor?
El Oso se enfadó, le pegó y lo tiró.
Entonces vino un conejo y pasó lo mismo, solo que ahora era el ciervo el que le pegó.
El conejo y el mapache rompieron las cuerdas y el oso y el ciervo se cayeron. Después pasó lo mismo pero entonces el conejo dijo:
- Oh oh...¿ahora qué hacemos?
- Yo me agacho y tú saltas.
Y los dos se dijeron adiós.

Hugo

jueves, 7 de abril de 2016

Las horas

En castellano estamos trabajando con la rima de las palabras y hemos jugado con el siguiente poema:

A la una,
el hueso de la aceituna.

A las dos,
las hojitas de la col.

A las tres,
las agujas del ciprés.

A las cuatro,
pie de gato.

A las cinco,
las flores de mi jacinto.
Salto
y brinco

                Antonio Rubio, Versos vegetales.
                                         Ed. Anaya

Y nosotros hemos creado algunos versos más:

A las seis,
veo lo que veis.

A las siete,
me lavo el culete.

A las ocho,
aparece Pinocho.

A las nueve,
cae nieve.

A las diez,
salen grillos a la vez.
Cantan y bailan
con mi pez.


Otro diferente:

A las seis,
hago un jersey.

A las siete,
hago un filete.

A las ocho,
como un bizcocho.

A las nueve,
parto las nueces.

A las diez,
duermo como un bebé.
Y en mis sueños
un rey seré.